Un sábado de noviembre quedamos algunos de los componentes del grupo para realizar un sendero, esta vez por la zona sur de la isla.
Comenzamos la ruta en el Puertito de Güimar. Desde allí nos dirigimos hacia la izquierda, siempre bordeando la costa.
El sendero arranca desde un grupo pequeño de casas y se encuentra señalizado con una vereda. Durante el recorrido se pueden observar varios paneles informativos de las zonas por las que transcurre dicho sendero.
El paisaje no varía durante la caminata, ya que predomina el malpaís salpicado con tabaibas dulces de la zona.
El día estaba radiante, casi idílico. El mar estaba"echado". Por lo que algunos pescadores aprovecharon para "echar unos lances" e incluso se podían observar embarcaciones de recreo con sus llamativas velas.
En el trayecto hicimos varias paradas para contemplar el paisaje y sacar fotos. En una de esos descansos pudimos contemplar, desde un mirador, la montaña de El Socorro, donde nos echamos el picoteo.
También, cabe destacar, la existencia de unas antiguas Salinas, que se encuentran en buen estado de conservación. Además, vimos varias formaciones de tubos volcánicos, unos en mejor estado que otros, debido esto a la erosión.
Otra de las cosas que nos llamó la atención fue un panel explicativo a cerca de las corrientes marinas, las cuales arrastran hasta esa parte de la costa toda la basura y desechos que tiramos al mar. Incluso vimos restos de "piche" impregnado en las rocas de la zona. ¡Qué pena!
Al final del recorrido llegamos a la Playa de El Socorro, donde nos echamos una "rubia" fresquita y "baratita". ¿O no Quique?
Finalmente, destacar que en esta caminata se nos unió un nuevo y pequeño achipenque. Este achipenquito se llama Hautacuperche...¡vaya nombre!
En el trayecto hicimos varias paradas para contemplar el paisaje y sacar fotos. En una de esos descansos pudimos contemplar, desde un mirador, la montaña de El Socorro, donde nos echamos el picoteo.
También, cabe destacar, la existencia de unas antiguas Salinas, que se encuentran en buen estado de conservación. Además, vimos varias formaciones de tubos volcánicos, unos en mejor estado que otros, debido esto a la erosión.
Otra de las cosas que nos llamó la atención fue un panel explicativo a cerca de las corrientes marinas, las cuales arrastran hasta esa parte de la costa toda la basura y desechos que tiramos al mar. Incluso vimos restos de "piche" impregnado en las rocas de la zona. ¡Qué pena!
Al final del recorrido llegamos a la Playa de El Socorro, donde nos echamos una "rubia" fresquita y "baratita". ¿O no Quique?
Finalmente, destacar que en esta caminata se nos unió un nuevo y pequeño achipenque. Este achipenquito se llama Hautacuperche...¡vaya nombre!
